7 de marzo de 2010

Ausencia

Impertérrito, abandona el refugio. Suele hacerlo al enfermar de ausencia. Es entonces cuando camina solo. Llega a veces a traspasar los límites del yermo, hasta alcanzar sus lugares comunes. Allí donde la razón es proscrita y la voluntad dimite o claudica. Donde abreva y pasta el estulto: los dominios de la idiocia.

Inmóvil, al abrigo de una sombra, observa impávido campar al obtuso y humillarse al genuflexo. Obedientes, repiten pautas al dictado de una inercia estereotipada. Son autómatas esclavos, gregarios dependientes de rutina. Desertores del pensamiento.

Embozado tras la máscara, un día regresa. Percibe entonces el aroma maldito que delata su presencia. Un perfume de rencor, indisimulado capricho y secreta envidia. La fragancia del fracaso, de la cobardía. Están ahí, en el yermo. Rondan con su mirada fija en la fortaleza. Escrutando sus entradas, anhelando una alusión.

Eterno relato. Apelan al Deseo para servirse de un Sueño con el que soslayar realidad. Se imaginan con valor para decidir, sometiendo al Destino antes de abrazar la Muerte. Pero la Destrucción de su cómoda monotonía es el precio, y su redención, Delirio. Al final, sólo queda Desespero, nocturno tormento al cerrar los ojos en soledad.

Mas si se trata de un sueño, ¿acaso son Nada?
No. No son Nada.

ausencia.
(Del lat. absentĭa).
1. f. Acción y efecto de ausentarse o de estar ausente.
2. f. Tiempo en que alguien está ausente.
3. f. Falta o privación de algo.

2 comentarios:

  1. El cormorán seca sus alas con la brisa que proviene del mar.

    Mañana volverá a hundirse en él, como siempre, hay que comer, ¿sobrevivir?

    Volverá hasta el día que muera.

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