1 de enero de 2010

El comienzo: Fortaleza

fortaleza.
(Del prov. fortalessa).
1. f. Fuerza y vigor.
2. f. En la doctrina cristiana, virtud cardinal que consiste en vencer el temor y huir de la temeridad.
3. f. Defensa natural que tiene un lugar o puesto por su misma situación.
4. f. Recinto fortificado, como un castillo, una ciudadela, etc.

Luchar contra la estupidez saltando de trinchera en trinchera ya no era suficiente. En un principio, bastaba con rebatir puntualmente la tontería de turno allá donde ésta surgiese, pero eso duró muy poco. Pronto se demostró que los acólitos de la idiocia campaban a sus anchas en la red, ondeando con insolencia sus variados y coloridos pendones. Cada vez resultaba más difícil evitar que una opinión argumentada fuese enviada al limbo de los comentarios con un simple click. Así, combatir a las huestes del papanatismo y lo políticamente correcto en su propio terreno se antojaba arduo e infructuoso. Una empresa abocada al fracaso. Era imprescindible cambiar radicalmente de estrategia.

Los buenos guerreros hacen que los adversarios vengan a ellos, y de ningún modo se dejan atraer fuera de su fortaleza. Si haces que los adversarios vengan a ti para combatir, su fuerza estará siempre vacía. Si no sales a combatir, tu fuerza estará siempre llena. Este es el arte de vaciar a los demás y de llenarte a ti mismo. El Arte de la Guerra, Cap. VI - Sobre lo lleno y lo vacío.


No hay comentarios:

Publicar un comentario